El establecimiento de la telegrafía óptica tiene lugar en Francia en el siglo XVIII. El sistema de Claude Chappe consistía en un aparato con dos brazos que permitía 196 combinaciones del código así como la construcción de la primera red de torres ópticas. El trabajo de los operarios de la torre consistía en esperar a atisbar en la distancia alguna señal que deberían, posteriormente, transmitir a la siguiente torre. Dichos operarios jugaban un papel de intermediarios al desconocer el código para entender el mensaje. La naturaleza de este tipo de comunicación incita a una investigación acerca de los modos de interpretación del lenguaje, acerca de un concepto del tiempo basado en la espera y acerca del aislamiento en la comunicación.