THAT WHICH HAS NO PART is an installation formed by several framed graphic works that emerge from a symbolic reading of 'La poétique de l'espace' (Gaston Bachelard). Each graphic shows an illustration made by connecting the full stops contained in some of the pages of the book, after having erased the rest of the words and punctuation marks. Such an operation results in the use of silence as sign/mark to transform the text into figures and spaces. The aim is to call into question the act of "reading", the "knowledge" and the traditional "memory" in order to suggest different kind of "sense(s)". Euclid of Alexandría defined the point as "that which has no part", one of the most fundamental objects of his geometry (2013).
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Lo que no tiene ninguna parte consiste en un proyecto gráfico de carácter instalativo que se centra en lecturas simbólicas del libro "La poética del espacio" de Gastón Bachelard, transfiriendo y conjugando en varias ilustraciones "el punto", los silencios gráficos del texto. A través del uso experimental de este libro, el objetivo principal es convertir textos en distintos espacios (figuras) que pongan en cuestión la "lectura", el conocimiento y la memoria tradicional, sugiriendo memorias y sentidos de naturalezas diferentes. El concepto de punto, como ente geométrico, surge en la antigua concepción griega de la geometría, compilada en Alejandría por Euclides en su tratado "Los Elementos" (300 a.c.) donde dá una definición de punto excluyente: "lo que no tiene ninguna parte" (2013).
"Las teorías modernas acerca de cómo se originó el universo afirman que implicó un balance extremadamente delicado. Si las temperaturas y dimensiones cruciales hubieran sido minimamente diferentes, el Big Bang podría no haber ocurrido. El desarrollo del libro moderno y de la cultura del libro tal y como la conocemos parece haber dependido de una fragilidad comparable de factores cruciales e interrelacionados". George Steiner
El espacio siempre me ha dejado silencioso.
(JULES VALLÉS, L´enfant, p.238)
Dentro del capítulo La inmensidad del espacio, p.220
"El arte de la memoria (actos del habla memorizada) se originó en Grecia en el s.IV, enseñado por sofistas y utilizado en la política; en Roma, fundamentalmente por abogados...Lo que Agustín quiere desarrollar en sí mismo no es la memoria, sino la conciencia...evitar cualquier alarde de conocimiento".
( Ilich, Iván. En el viñedo del texto)
A whole chapter (nº IX) Pg.250-270
Un capítulo completo (nº IX)
(LA DIALÉCTICA DE LO DE DENTRO Y DE LO DE FUERA) pg.250-270
La mínima unidad no es el punto sino la marca. La marca no se escribe. La marca está inscrita. Permanece inscrita. Antes de que el sentido pueda expresarse el cuerpo ya ha sido aguijoneado. Uno ya ha sido picado. Uno ha picado. No existe silencio en el texto. Solo huecos que silban. El texto cose, hilvana, ribetea, puntea. Escribir recuerda el pinchazo. Graba el pinchazo. Es por ello que leer atraviesa toda perforación. Cada costura señala ese doblez. Cada línea evidencia un plano. La lectura y la escritura son idénticas en su marca. Comparten el mismo hueco. Reproducen la misma marca. Tres puntos no alineados forman un solo plano de infinitas rectas e infinitos puntos en infinitos planos formados por tres puntos. Pero el orificio más significante no es el punto excluido sino el vértice agujereado. Aquel que arroja una sombra impredecible. El punto que gira la trayectoria de una línea. El punto que dobla el sentido de cada historia. La figura sobrescrita en el cielo. El viajero que nunca regresa. El que altera la dirección de su viaje. La figura enviada. Aquel que pliega el vértice de la página. Retorna el viaje sobre sí mismo. Remite la figura de vuelta. Recuerda el lugar. Regresa a la página. La página doblada. La línea débil. El triángulo invertido. La página marcada.
Belén Zahera